La silla de ruedas eléctrica para la ciudad
Parece que todas las sillas de ruedas del mercado y especialmente las eléctricas están diseñadas para ofrecer una experiencia agradable y segura a todas las personas que necesitan desplazarse con una silla de ruedas, pero como ya has adivinado, esto no se cumple en la mayoría.
Una cosa es desplazarse por el interior de un edificio o casa, donde conocemos y eliminamos cualquier elemento o impedimento que pueda afectar a la normal utilización de las sillas, pensemos por ejemplo lo fácil y de sentido común que sería retirar una alfombra o una moqueta de un lugar de paso frecuente, o desplazar cierto mobiliario para facilitar el desplazamiento o los giros o habilitar puertas más amplias para las personas que se desplazan en una silla de ruedas.
Parece también que el desplazamiento por una ciudad, considerada moderna y del “primer mundo” va a ser un “camino de rosas” para las personas con movilidad reducida y que necesitan desplazarse en una silla de ruedas y de nuevo… como ya estáis pensando y adivinando eso es sólo en teoría.
Existen políticas concretas de movilidad presentadas por la ayuntamientos y presupuestos para acometer obras que faciliten estas políticas y de hecho todos hemos visto como en las últimos años, las aceras ha reducido su altura en las zonas de pasos de peatones y semáforos, se multan a las motos que aparcan en la acera, se estudian las mejores disposiciones para elementos necesarios como papeleras y farolas, por ejemplo.
Los usuarios de sillas de ruedas agradecen estos esfuerzos y políticas de ayuda a la movilidad, como no podía ser de otra manera y con sus comentarios y experiencias, ayudan a seguir trabajando en el tema.
De todos modos hay todavía muchos elementos, por llamarlos así, que impiden no ya el normal y agradable desplazamiento en silla de ruedas, sino que algunas veces cuestionan la seguridad de las personas que las utilizan.
Es fácil imaginar lo que son accidentes muy comunes, una silla de ruedas con las ruedas delanteras y directrices de pequeño diámetro, y se eléctrica o no, con la velocidad normal de uso, nos enfrentamos a una piedra o un pequeño escalón… y el resto lo hace la física… la persona puede salir proyectada hacia adelante y sufrir algún daño físico menor (o no) y sobre todo un susto importante.
Pues vamos a pensar en cuántos de estos impedimentos podemos encontrar en una ciudad del “primer mundo”: Bordillos altos, bordillos arreglados para circular con silla de ruedas que han sido mal dimensionados, haciendo el pequeño escalón sea difícil de superar, baches en el firme, cuando atravesamos calles, baches y agujeros que encontramos en las aceras, pasos estrechaos entre farolas y otros elementos que hay “plantados” en las aceras, restos de piedras o arena que quedan después de una obra o por proximidad con algún parterre o parque, bordillos de aceras deformados por acción de los árboles u otras… y un larguísimo etc. que seguro nos ayudáis a completar.
La conclusión es que ni en las ciudades que cuentan con políticas que favorecen a las personas con movilidad reducida, estamos del todo a salvo… lo que nos da idea de lo importante que es un buen diseño de una silla de ruedas eléctrica o tradicional.